El proyecto se desplanta sobre un predio convencional, rectangular de 325 m2, en un fraccionamiento ubicado en Culiacán, Sinaloa. Colinda al norte y al oeste con otras construcciones, al sur la conexión con la vialidad y al este, con un camino peatonal arborizado parte del fraccionamiento, lo cual favorece el desplante en “L” buscando contener un gran jardín y orientar las vistas del proyecto hacia la masa verde de la copa de los árboles.

 El programa se divide en dos bloques que a su vez se ven representados cada uno por un cuerpo rectangular, en planta, independiente del otro. El primero de los bloques, recibe al visitante con un amplio garaje y algunos espacios de servicio contenidos en el volumen, mientras que el segundo contiene los espacios cotidianos de una vivienda con dos recámaras, estancia, comedor y cocina, todos orientados al este, invitando al usuario a interactuar constantemente con el exterior. 

Como parte del gran jardín contenido por los volúmenes, se encuentra una terraza, que a su vez alberga dentro de sus límites, una piscina que queda en el centro del proyecto, expuesta al jardín y la amplitud del cielo. 

La materialidad del concreto y la laja regional de piedra ‘gris san andrés’, junto a las tonalidades seleccionadas para el resto de los elementos, componen una atmósfera un tanto fría, moderna, que al entrar en convivencia con el verde del jardín, la calidez del mobiliario y la luz natural, componen un espacio agradable y sumamente relajante para el usuario.